Komban-wa...
Viendo el resultado tan satisfactorio del Wako-bune, me surgió
la duda de si sería capaz de hacer algún otro tipo de barco japonés de la
época. Los modelos de barcos de guerra utilizados por los samuráis son
realmente atractivos, auténticos “castillos flotantes”, y pensé que no vendría
nada mal tener otro barco de tamaño similar porque incluso sería posible jugar
un escenario en el que ambas piezas de escenografía se enfrentasen.
Básicamente hay tres clases de barcos de
guerra en esta época: Kobaya (buque ligero de exploración y enlace), Sekibune
(buque medio) y Atakebune (buque pesado). De cada tipo hay variaciones en
cuanto a tamaño y disposición del armamento, y hay ejemplos especialmente
grandes de Atakebune (llamados O-Atakebune) que son impresionantes. Existió
incluso un buque insignia, el Nihon-Maru, que parecía un inmenso castillo flotante
coronado por un templo. Todos ellos merecerían la pena de ser reproducidos en
maquetas para 28mm, pero nos encontramos ante el problema del tamaño.
Los Atakebune, pasados a escala 1/56,
supondrían un barco de más o menos un metro de largo, así que optaremos por uno
que podamos manejar.
De modo que decidí emprender un nuevo
proyecto naval, en este caso un Sekibune (el buque de tamaño medio).
Este es el aspecto del tipo de barco que
queremos reproducir:
Como veis, se trata de una especie de galera
fuertemente fortificada. Va propulsada a remos, aunque cuenta también con un
mástil (con vela cuadrada) que queda recogido en posición horizontal antes de
entrar en combate. Tiene una proa característica, alargada y con un penacho. No
cuenta con espolón de proa, basándose la doctrina naval japonesa de la época en
hostigar a las naves enemigas con fuego de arcabuces y flechas, desde las
troneras de la estructura, para pasar luego directamente al abordaje.
Basándonos en el libro de Osprey, sacamos un
esquema sencillo de los elementos principales del Sekibune:
Vamos a usar las mismas premisas, los mismos
materiales y el mismo esquema de trabajo que con el Wako-bune, pero
intentaremos simplificar algunas de las técnicas para reducir el gasto de material
y el tiempo empleado.
Empezamos con el puente principal, que
haremos recortando la silueta aproximada en una plancha de cartón duro.
Para el fondo del caso usaremos una lámina
fina de cartón pluma, a la que daremos un corte en la proa para poder anclar la
forma especial del morro.
Utilizando el mismo cartón pluma, dibujamos y
cortamos las cuadernas que darán forma al casco del buque. Las pegamos con unos
refuerzos horizontales para que mantengan la forma y aporten rigidez al
conjunto.
Para la proa usamos otra plancha de cartón
duro, cortado en ángulo y reforzado por dentro. Necesitamos que esta parte sea
muy resistente, porque va a sufrir mucho castigo.
La popa es de nuevo una placa de cartón duro,
muy similar a la que pusimos en el barco Waco.
El aspecto del casco una vez terminado es
éste:
Para hacer los laterales, usamos la misma
técnica que en el ‘Hagetaka’. Planchas de cartón fino pegadas con cola blanca
siguiendo el perfil del casco. Una primera capa con el dibujo por fuera:
Y dos capas más con el dibujo por dentro, y
detalladas con la “costura” que hicimos la otra vez (en este caso lleva una
doble capa de costura)
La cubierta la vamos a simplificar, así que
en vez de pegar listones que atraviesen de lado a lado el barco, levantaremos
un cerco de madera que delimite las secciones de dicha cubierta. Crearemos un
entramado que sirva de apoyo al resto de estructuras que vamos a crear.
Hay una viga de madera que sí que haremos que
atraviese la cubierta de lado a lado, cerca de la proa, porque luego quedará a
la vista. Hacemos con cartón una estructura de pirámide truncada para simular
la forma del pico de proa. Clavamos en esa zona un trozo de pinza de madera
para que sirva de refuerzo y sostenga el cartón. Con planchas de recubrimiento
de modelismo naval, vamos preparando la tablazón de la sección de proa.
Las pegamos una a una con ayuda de un pincel,
procurando que queden correctamente alineadas.
Al igual que en la vez anterior, no tenemos
ningún plano para calcular las medidas de nuestro barco. Así que nos basaremos
en el tamaño de las peanas de las figuras que vamos a usar.
Para el penacho característico de proa,
usaremos un adorno de tela de un abanico chino, que previamente cortaremos a
medida y ‘pintaremos’ con cola blanca diluida para darle mayor rigidez.
Lo colocamos en su sitio, y utilizamos su
propio cordón para simular la estructura ‘encordada’.
Nuestro barco tiene una única estructura, que
parece una especie de castillo de madera. Para simularlo, crearemos tres
cubiertas diferentes que sostendrán todo el conjunto. Las hacemos con cartón de
caja de galletas, sobre el que cortamos la forma elíptica característica.
Debemos dejar dos huecos de forma cuadrada,
uno para el puente de mando y otro para el compartimento de la tropa (y la
rampa por la que suben desde el puente a la cubierta superior). Reproducimos la
silueta en la cubierta intermedia, que hará de ‘suelo’.
Creamos un cerco de listones de madera para
la cubierta inferior. Hay que respetar su forma curva, así que buscamos palos
de cerilla de barbacoa defectuosos, que tengan esa forma (o se la damos mojando
la madera).
Sobre esa cubierta dibujamos el perfil de las
vigas que la sostienen, y marcamos los huecos de los remos. Los perforamos
ayudándonos de un punzón, y marcamos la forma y el ángulo de entrada de cada
remo con el mango de una lima de relojero.
En este momento el barco no es más que un
casco y una cubierta plana que ocupa toda su superficie… Lo cual nos recuerda
lógicamente al aspecto de un portaaviones japonés de la Segunda Guerra Mundial.
¡Y no somos los únicos! Un piloto de Mitsubishi
A6M3 se confunde y aterriza por error en nuestro barco en construcción…
Por este motivo, decido bautizar en ese
preciso momento a mi nuevo barco como el “Zuikaku” (la Grulla Afortunada), en
honor de uno de los buques de la Armada Imperial que participó en el ataque a
Pearl Harbor.
En esta ocasión haremos que las vigas que
asoman por los flancos del barco sean sólo trocitos de viga, y no atraviesen
toda la cubierta. Es más sencillo y rápido, y nos ahorramos muchos pasos
innecesarios.
Preparamos los remos, que son simplemente
palitos de aperitivo cortados a medida, y pegados en fila sobre una tira de
acetato semitransparente (del que se usa como separador en los archivadores).
Pegamos los trocitos de viga en su sitio,
respetando los huecos por los que asomarán los remos.
Una vez pegados, los colocamos en su sitio
para ver el efecto general. Vamos a hacer que se puedan quitar y poner a
nuestro gusto, según lo necesitemos (además simplificará la tarea de
transportar el barco de casa al Club).
Mis barcos no tienen peana integrada, para
poder fundirse mejor con el color de la mesa de juego (sea la que sea), pero
podemos darle algo de alegría al asunto simulando un sencillo “efecto de agua
removida” con cola blanca aplicada directamente sobre el remo y la plancha de
acetato.
Una de las características de la estructura
amurallada es la presencia de una serie de puertas, de acceso al puente. Aunque
no vamos a detallar el interior del barco, sí que podemos simular uno de los
accesos frontales para darle un toque “extra” a nuestro barco. Para ello
crearemos un ‘trampantojo’ con cartulina negra que simulará el interior del
barco.
Pegamos unos trocitos de tablones de madera
del tamaño aproximado de una peana de 25mm, y los rodeamos con nuestra ‘caja’
de cartón forrada por dentro de cartulina negra.
Para sostener la siguiente cubierta,
colocamos cuadernas simples de cartón grueso, siguiendo un patrón angular para
que soporten mejor el peso. Ponemos tantos refuerzos verticales como
consideremos oportunos, evitando entorpecer el juego libre de los remos.
Sobre el suelo de la siguiente cubierta
levantamos una estructura de cartón pluma, siguiendo la forma del puente de
mando y el acceso de las tropas.
Todo el conjunto hay que ‘vestirlo’ con un
suelo de cartón duro, planchas de madera, etc. Añadiremos también otro par de
trampantojos de cartulina negra, para simular los accesos al nivel inferior.
La cubierta superior debe ir forrada de planchas
de madera, que iremos cortando a medida pero sin tener en cuenta el perfil
curvo. Simplemente dejaremos que asomen un poco por el borde.
Cuando esté todo bien seco, le damos la
vuelta al conjunto y ayudados por una cuchilla X-Acto bien afilada vamos
cortando el perfil al ras, siguiendo ahora sí la curva de la cubierta. Con este
sistema nos evitamos tener que cortar a medida cada una de las planchas (Bob
Esponja está de acuerdo en que ha sido una buena idea hacerlo así).
Las cubiertas superior y media unidas.
Haremos también un habitáculo para la caña del timón.
El puente de mando está rodeado por una
característica barandilla. La replicamos intentando que todo quede lo más
alineadito posible.
Como decíamos al principio, este tipo de
barcos retiraban el mástil antes de entrar en combate, quedando éste apoyado en
posición vertical sobre tres soportes. Para realizarlos, usaremos madera de
palitos de helado y un palito de pincho moruno.
Dibujamos la silueta, cortamos, perforamos y
pegamos. Colocamos en la parte inferior unos tacos hechos con trozos de pinzas
de madera.
Para el mástil propiamente dicho, usaremos
palillos chinos, aprovechando su sección que va desde el perfil cuadrado hasta
el redondo. Marcamos una especie de canal o carril con la ayuda de una lima de
relojero.
Montamos todas las cubiertas y los elementos
que hemos creado hasta el momento para ver el efecto general.
La sección del barco revela las diferentes
alturas de cada una de las cubiertas, y el aspecto de las piezas de refuerzo
interior (recordemos que este barco va a soportar el peso de muchas miniaturas
de plomo correteando por cubierta).
Para reproducir las paredes de la estructura,
pegamos dos planchas de cartón fino (de caja de cereales) por su lado pintado.
Creamos unas plantillas de papel sobre las que dibujaremos el diseño de
listones y la posición de las troneras.
Sacamos con cartón una plantilla especial de
la forma de la tronera, para que todas nos queden iguales.
Con lápiz marcamos las divisiones de los
paneles y las troneras, y con bolígrafo marcamos la posición de los listones de
refuerzo de la estructura.
Con la ayuda de un punzón, simulamos el
veteado de la madera. Podríamos usar planchas de modelismo naval como en la
cubierta, pero eso dispararía los costes de material. Esperemos que luego,
pintado, quede bien.
Tenemos que crear la puerta de acceso a la
cubierta de proa, de modo que cortamos la sección correspondiente y la dotamos
de un marco de madera y un ‘eje’ hecho con varilla de acero.
Hacemos un taladro en la cubierta inferior y
colocamos un taco de madera en la parte superior del cerco de la puerta, en el
que también haremos otro taladro. Metemos el eje de metal en su sitio y
colocamos la pared frontal. Con eso conseguimos que nuestra puerta pivote, y se
pueda abrir y cerrar a voluntad.
Dentro podremos colocar una figura, que
parece que surge del interior del barco…
En la popa del barco colocamos la pared
trasera. Eso nos permite corregir la posición de todas las piezas y tratar de
cuadrarlo todo de la mejor manera posible (recordemos que tenemos tres
cubiertas distintas superpuestas una sobre la otra).
Colocamos las paredes laterales en su sitio,
y las pegamos. Obviamente el encaje de las piezas no es perfecto, pero el
efecto general es satisfactorio.
Por todo el interior del murete defensivo de
la cubierta superior colocamos pequeños listones de madera a modo de refuerzo.
Hemos dejado que los soportes del mástil sean piezas ‘removibles’ (gracias a
los clavos con los que se aseguran sobre cubierta) para facilitar la
manipulación del barco).
En las paredes laterales colocamos listones
gruesos para simular los marcos de las puertas dobles.
Las puertas están hechas con lámina de
cartón, en la que marcaremos con el punzón un diseño de vetas de madera.
Aprovechando los recortes que nos sobraron al hacer las ‘costuras’ del casco,
simulamos las bisagras y los pomos de las puertas.
Toca ahora terminar de ‘forrar’ todas las
paredes del barco. Usaremos planchas finas de madera de modelismo naval
cortadas a medida, y pegadas con cola blanca una a una con ayuda del pincel. Es
un trabajo tedioso.
Para corregir los problemas de encastre de
las paredes, aprovechamos la forma de las esquinas para ocultarlos debajo de
las planchas (que sí que quedarán rectitas)
Este es el aspecto de una de las paredes
laterales terminada. Podemos ver el efecto de las vigas laterales de soporte, y
el diseño de las estructuras de refuerzo.
Sólo nos quedan unos pocos detalles más.
Colocamos la caña del timón, que va montada sobre un eje de metal clavado en la
cubierta inferior, y asegurado por un anillo de cartón en la cubierta
intermedia. De esta manera el timón puede pivotar sobre ese eje, simulando los
cambios de rumbo… jejejeje…
Colocamos también unos pasamanos por toda la
longitud del murete de la cubierta superior, hecho con madera de palo de
helados cortada a medida con la cuchilla para seguir el perfil curvo.
Nuestro barco lleva un par de anclas en la
cubierta de proa. Las simularemos utilizando misiles Sparrow de plástico a
escala 1/72, un par de ruedas de maqueta de avión, cordel y un par de lanzas de
metal.
Una vez cortadas y pegadas, las piezas se
parecen a la forma característica de las anclas japonesas de la época.
Un último detalle que no puede faltar en una
nave de guerra japonesa: los estandartes de batalla.
Como no hemos decidido aún a qué flota
pertenecerá nuestro barco, optamos por un diseño simple para los estandartes.
En nuestro caso, un sencillo kamon con forma de Grulla…
Sacamos unas cuantas copias impresas, y nos
proveemos de palillos, pegamento y alfileres.
Pegamos cada uno de los laterales de la
bandera con pegamento de barra, y recortamos la forma. Creamos la estructura
del hasta con palillos redondos, unidos mediante ‘pineado’ hecho con alfileres.
Cortamos también unas tiras de papel de doble grosor, y de una anchura de dos
milímetros.
Cortamos secciones de un centímetro de largo
y las vamos pegando siguiendo el patrón típico japonés. Usamos cola blanca y
esperamos a que seque bien.
Una vez seco, colocamos el estandarte en su
sitio y le vamos dando forma a las cintas para que rodeen el hasta de palillo y
vuelvan al estandarte por el otro lado, donde lo aseguraremos todo bien con
cola blanca. Si somos meticulosos y pacientes, el resultado será más que
satisfactorio.
Estos estandartes no son definitivos, ya haremos unos mejores (y más largos) cuando decidamos la flota a la que pertenece este barco.
Y ya sólo queda colocar los estandartes en su
sitio… ¡Y tendremos el Sekibune terminado!
Este es su aspecto a falta de una buena capa
de pintura…
Espero que os haya gustado este nuevo barco…
En mi caso estoy completamente encantado. Me gusta más incluso que el
Wako-bune, y estoy deseando poder llenarlo de samuráis y ashigarus y sacarlo a
combatir en la mesa de juego…
Confío en que alguno de los que habéis llegado leyendo hasta aquí se anime a crear su
propio barco, y no descarto en un futuro montar quizás un Atakebune…
Un abrazo,
Rinahe
No hay palabras para describir lo asombroso que es este trabajo. Sólo diré: gracias!
ResponderEliminarMuchísimas gracias a ti, Hetairoi... He puesto todo mi empeño y habilidad en estos proyectos, y me alegro de que hayan quedado medianamente bien. A ver si los puedo pintar pronto y sacamos unas fotos decentes en una de las mesas azules de mi Club...
ResponderEliminarUn trabajo impresionante. Todo una sorpresa cuando vi las fotos por primera vez. Aunque sé que no es la única obra de arte que tienes entre manos.
ResponderEliminarDomo arigato, Fenrir-san. Recuerda que, de no ser por ti, nunca habría construido estos barcos, jejeje. A ver cuándo podemos estrenarlos! Un abrazo!
ResponderEliminar¿Es aquí donde se hace la ola?
ResponderEliminarTiene muy buena pinta y como todos también espero verlo pintado pronto.
Felicidades
Ja, ja, ja... Muchas gracias Comi Mec! La fase de pintura tendrá que esperar, pero no os preocupéis que, antes o despues, ocurrirá... ;)
Eliminar