miércoles, 1 de abril de 2020

Nostalgia Maquetil...

Sigue la cuarentena y los ánimos decaen. Hace falta algo ilusionante que ayude a retomar los pinceles. ¿Y qué hay mejor que la nostalgia maquetil?

Hace unos meses conseguí en KingKit una maqueta de segunda mano, de la misma marca y modelo (y edición) que la primera maqueta de avión a escala 1/72 que monté en mi vida: Un Curtiss P-40E de Hasegawa... (001)


La idea es la siguiente: Montar esta maqueta exactamente igual que la que hice en su momento en los años ochenta (y que luego no sobrevivió a la adolescencia), usando las mismas técnicas y respetando el mismo acabado, esto es, una maqueta montada sin pintar nada, con calcas puestas al gusto.
Como pequeña licencia decidí dejar el tren de aterrizaje subido, y colocar un soporte de metal para la peana de vuelo imantada que usamos en los wargames aéreos del Club Dragón.

De esta manera la maqueta original volverá de alguna manera a mi vitrina, y esta vez espero que dure mucho más.

En la maqueta el Señor Hasegawa nos incluye lo siguiente: (002)


Las grapas son de color arena (pues el arte principal de la caja es de uno de esos Kittyhawks que el amigo Marseille gustaba de derribar por medias docenas en el teatro africano) y nos vienen calcas también para un P-40 americano. Mi idea cuando era pequeño era hacer un "Tigre Volador", así que usaremos una mezcla de ambas (totalmente errónea).

Siempre me han gustado las ilustraciones de estas maquetas, y el pequeño texto explicativo de las característica e historial de cada modelo: (003)



Las instrucciones son muy sencillas y claras, las seguimos al pie de la letra: (004)


Para el panel de instrumentos tenemos que colocar la primera calca. Qué tiempos aquellos cuando descubrió uno los misterios de los transferibles... Recortamos la calca, sumergimos en agua tibia y deslizamos en su sitio con ayuda de un pincel: (005)


Seguimos con el montaje de la cabina y otros elementos. Muy poco detalle, pero para el objetivo del proyecto no necesitamos mucho más: (006)


Para asegurar la correcta unión de las alas, nos ayudamos de una pinzas de madera. Aquí podemos ver asomar la cabeza de clavo que servirá luego para acoplar la antena telescópica imantada: (007)


Cerramos el "puro" (en el argot, el fuselaje), paso fundamental en el montaje de un avión: (008)


Aquí podemos ver el aspecto característico del morro de un P-40, con las tomas del radiador: (009)


Unimos las alas y colocamos las superficies horizontales de la cola. Todo encaja perfectamente: (010)


En la parte inferior hemos tenido que improvisar. La maqueta no incluye opción de poner el tren de aterrizaje subido, así que nos armamos de cuchillas y algo de paciencia, y rebajamos las ruedas para que queden bien ocultas en su posición: (011)


Estas son las piezas transparentes de la maqueta. Parte clave, pues si no usamos el pegamento correcto, podemos arruinar totalmente la maqueta (como seguramente os habrá pasado alguna vez a muchos): (012)

Colocamos los elementos de la hélice en su sitio para comprobar su funcionamiento: (013)


El truco para las piezas de la cabina es usar cola blanca de acabado transparente y de calidad. Con un palillo redondo repartimos con mucho cuidado: (014)


La cabina también encaja perfectamente, bien por el Señor Hasegawa! Y aprovechamos para montar la hélice... (015)


Todo el mundo sabe cuál es la característica que diferencia una maqueta bien montada de una que no lo está; la hélice debe girar.
Si no lo hace, habremos fracasado. Da igual que esté todo bien alineado, pintado, envejecido, o lo que sea. Siempre podrá llegar algún listo/cuñado y decirte "pero la hélice no le gira?" Y entonces estás acabado... (016)


Pero uno tiene ya demasiadas canas, así que seguimos las instrucciones, usamos la cantidad justa de pegamento, rezamos una oración a los Dioses Nuevos y a los Antiguos, y al soplar la hélice gira de maravilla, para regocijo de propios y extraños... (017)


Solo queda colocar el resto de calcas. Boca de tiburón para simular que nuestro P-40 es del AVG, emblemas americanos en 4 posiciones y los numerales que más nos gusten. Totalmente alejado de la realidad histórica, pero se aproxima lo bastante a un modelo E en el teatro de operaciones. Y mola: (018)


Con ayuda del bendito MicroSol, o líquido mágico, ablandamos las calcas para que se ajusten a los relieves de la maqueta... (019)


Y ya tenemos terminado al "Tigre Volador"!!! (020)


En esta vista frontal podemos apreciar el aspecto de los dientes rodeando la toma inferior del radiador, una imagen que me enamoró en su momento y que desde entonces llevo conmigo: (021)


Así luce el P-40 montado sobre su peana "de vuelo". No es que lo vaya a usar en ninguna partida (somos demasiado puristas como para usar una maqueta sin pintar y con calcas ajenas al rigor histórico) pero al menos quedará más vistoso en la vitrina... (022)


Me ha hecho muchísima ilusión poder completar este proyecto y volver a tener "mi primera maqueta". Tanto que me ha animado a aprovechar la cuarentena y montar más maquetas (estad atentos al Blog, novedades en breve).

Espero que os haya gustado esta entrada "atípica", os animo a probar a hacer lo mismo y compartirlo con el resto (seguro que salen cosas muy curiosas).

;)

Rinahe

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