sábado, 11 de abril de 2020

"Tante Ju" (y IV)


La "nostalgia maquetil" viene de mi niñez, en la que vi junto a mis hermanos cómo mi padre montaba maquetas de tanques y aviones y nos contaba cómo había empezado él a montarlas de niño. Tenemos además la tradición en la familia de guardar las "tapas" de las cajas de cada maqueta que hacemos, recortando el cartón (que por cierto suele estar adornado de ilustraciones que son verdaderas obras de arte) y apuntando detrás la fecha de realización. Ahora yo soy el depositario de la colección de portadas de cajas de maquetas de mi padre: (083)


Esta colección merece una entrada aparte, con todo lujo de detalles. Solo añadir que, obviamente, yo también estoy haciendo lo mismo, y mi taco de cartones de cajas de maqueta no tiene nada que envidiar al de Navarro Senior: (084)


Pero volvemos al sujeto que nos ocupa. "Tante Ju" necesita sus alas para volar, así que nos armamos de SuperGlue y colocamos el plano derecho en su sitio, procurando que tenga la inclinación adecuada: (086)


Hacemos luego lo propio con al plano izquierdo, y con ello completamos los elementos principales del aparato (nos faltaría solo el tren de aterrizaje): (087)


Estas maquetas que no son de modelismo estático (para vitrina y/o concurso) sino que son para jugar con ellas, nos plantean un problema añadido; el almacenamiento y transporte.

La única manera viable es hacerlo con maletines de herramientas forrados de goma-espuma, que tendrá que tener la silueta de cada maqueta para que ésta no sufra en el traslado.

El otro día estuve revisando la caja en la que guardo la silueta de cada maqueta que monto para el Grupo de Vuelo, y después de la número 100 dejé de contar. Por tanto he hecho ya muchas, y he afinado un sistema que es lo suficientemente operativo (tanto que incluso me han "contratado" en unas cuantas ocasiones para preparar maletas de transporte para compañeros del Club que querían llevar así sus propias maquetas).

Lo que hago es copiar la silueta de cada modelo de avión sobre un papel, que luego recorto a medida.
Ese papel lo coloco con alfileres sobre una plancha de gomaespuma negra (es más bien gris oscuro, es la de densidad alta y características "ignífugas" si preguntáis en una colchonería).

Éste es el aspecto de la silueta del Ju52 sobre la plancha del tamaño de la maleta que vamos a usar solo para aviones de la Guerra Civil Española. Como podéis ver ocupa prácticamente todo el espacio disponible, y en una maleta hay que aprovechar cada recoveco, así que tendremos que jugar al Tetris para colocar tres aviones más...: (088)


Con una cuchilla triangular X-Acto cortamos con cuidado siguiendo el perfil de papel, y procurando que la hoja quede perfectamente perpendicular a la espuma y haga cortes limpios. Normalmente, si ponemos una hoja nueva, la espuma se corta de manera sencilla como si fuera mantequilla.
Retiramos la plantilla de papel y hacemos una segunda pasada siguiendo el contorno, hasta atravesar por completo el grosor de la plancha de espuma: (089)


Así queda la plancha con las formas generales del trimotor. He dejado hueco para las hélices por si acaso (aún no he decidido si las voy a poner fijas o no): (090)


Volvemos a la maqueta y montamos en su sitio el elegante tren de aterrizaje con carenados. La maqueta plantea un sistema sencillo de anclaje, y muy seguro, así que podrá con el peso de la maqueta sin problema (y además ha quedado perfectamente alineado, uno de los principales problemas a la hora de montar una maqueta con el tren fijo): (091)


Añadimos en la plancha las siluetas de tres compañeros de viaje más, un Boeing P-26, un Stuka y el Fiat que montamos el otro día: (092)


Si os fijáis, el trimotor encaja bien en su hueco, pero es demasiado alto, así que habrá que rebajar la plancha inferior de la maqueta y también la superior para que no se tronchen las antenas al cerrarlo: (093)


Aquí tenéis el Fiat en su sitio: (094)


Y el Boeing modelo de exportación que se quedó en Getafe al estallar la guerra y fue incorporado a las FARE (yo he optado por una de las versiones del supuesto esquema de este singular avión, aunque luego he visto otras mucho más coloristas): (095)


Tanto el Boeing como este Stuka son maquetas que gracias a Dios sobrevivieron a mi adolescencia, y las he podido repintar para usarlas en las partidas. Son antiguas pero precisamente por eso tienen un extra de encanto (la cabina de este Ju87 está pintada a pincel a pulso, por ejemplo, con unos 12 años): (096)


Y aquí están todos colocados en su sitio, a la espera de saber su próximo destino: (097)


Por si tenéis curiosidad de saber qué aspecto tiene el taller de trabajo de un adicto declarado a las maquetas... pues aquí tenéis una pequeña muestra de lo que tengo acumulado en más de 30 años de afición (hay quien dice que hay tiendas con menos stock): (098)


Volvemos a la maqueta. Le damos una capa de barniz brillo en las zonas en las que irán luego las calcas, para evitar el silvering: (099)


Esta es la selección de calcas que vamos a poner, que como ya avanzábamos al principio de este hilo son "donadas" de otras muchas maquetas: (100)


Pero antes de eso preparamos los huecos/siluetas de tres pasajeros más para la maleta. El piso de arriba (más fino de grosor) es para cazas monoplanos de tren retráctil, en este caso un par de Moscas y un Bf109: (101)


Colocamos las calcas con ayuda de unas pinzas y un pincel húmedo y, tal y como era previsible, la superficie corrugada no es lo mejor para que las calcas se adhieran bien en su sitio. Así queda el fuselaje: (102)


El timón de cola con la Cruz de San Andrés hecha con trozos de calca: (102)


Las en su parte superior (van a ser el talón de Aquiles de esta maqueta): (103)


Y en la parte inferior; éstas en concreto son calcas sobrantes del Fiat de Italeri, y son las que mejor han cogido el relieve sin tratamiento previo: (104)


Así que toca recurrir al líquido milagro, el ablandador de calcas MicroSol (que era objeto de contrabando en el mercado negro cuando yo era pequeño y mi padre nos enseñó a montar maquetas): (105)


El apartado "pifias en la maqueta" se amplía enormemente, ya que ninguna de las calcas ha quedado perfecta, a pesar de varias capas de MicroSol... y eso desespera bastante, después de todo el trabajo que llevábamos con el avión...

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